La angustia puede compararse muy bien con el vértigo. A quien se pone a mirar conlos ojos fijos en una profundidad abismal le entran vértigos. Pero, ¿dónde está la causa detales vértigos? La causa está tanto en sus ojos como en el abismo. ¡Si él no hubiera miradohacia abajo! Así es la angustia el vértigo … Sigue leyendo Fragmento │El concepto de la angustia, Søren Kierkegaard
Mujercitas
Cuando cerraban la puerta de la verja al salir, una voz les gritó desde la ventana: –Niñas, ¿llevan los pañuelos bonitos? –Sí, sí, los llevamos, y el de Meg huele a colonia –gritó Jo, y añadió riéndose: –Creo que mamá nos preguntaría eso aunque estuviésemos huyendo de un terremoto. –Es uno de sus gustos aristocráticos, … Sigue leyendo Mujercitas
Fragmentos │Irving D. Yalom: El día que Nietzsche lloró
¿Cuánto me habré perdido en la vida sólo por dejar de mirar? ¿O por mirar sin ver? He reducido mis obligaciones a una sola: perpetuar mi libertad. Que llegue el día en que hombres y mujeres no se vean tiranizados por sus recíprocas debilidades. En solo unos minutos había pasado de la arrogancia a la … Sigue leyendo Fragmentos │Irving D. Yalom: El día que Nietzsche lloró
Julio Cortázar │ Fragmento de Las babas del diablo
Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños, pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier reporter, y atrapar la estúpida silueta del personajón que sale del número … Sigue leyendo Julio Cortázar │ Fragmento de Las babas del diablo
Cien años de soledad: fragmentos seleccionados │primera parte
Se reunían a conversar sin tregua, a repetirse durante horas y horas los mismos chistes, a complicar hasta los límites de la exasperación el cuento del gallo capón, que era un juego infinito en que el narrador preguntaba si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que sí, el narrador … Sigue leyendo Cien años de soledad: fragmentos seleccionados │primera parte
La loca de la casa: fragmento
M. se equivocaba al creer que yo me había portado como una sinvergüenza y yo me equivocaba al pensar que M. era el hombre de mis sueños. Un ser maravilloso al que yo había perdido por mi nerviosismo y por mi torpeza. Intenté por todos los medios explicarle mi versión o que alguien se la … Sigue leyendo La loca de la casa: fragmento
La conciencia: cuento de Adela Zamudio (1854-1928)
Acababa de cometer un crimen, y horrorizada llamé en mi auxilio a la religión. Con ademán solemne, la religión puso en mis manos una moneda, cuyas dos caras representaban mis buenas y malas acciones. Emprendí la subida por un sendero escarpado que se elevaba al cielo, y al avanzar, examiné la moneda. Desde luego, hallé … Sigue leyendo La conciencia: cuento de Adela Zamudio (1854-1928)
El hombre que fue Jueves: duelo filosófico
Fragmento de la novela El hombre que fue Jueves, de G. K. Chesterton La verdad es que valía la pena de oír hablar a Mr. Lucian Gregory –el poeta de los cabellos rojos– aun cuando sólo fuera para reírse de él. Disertaba el hombre sobre la patraña de la anarquía del arte y el arte … Sigue leyendo El hombre que fue Jueves: duelo filosófico
Jean Paul Sartre │ El existencialismo es un humanismo
El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla… El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es … Sigue leyendo Jean Paul Sartre │ El existencialismo es un humanismo
Pär Lagerkvist │El ascensor que bajó al infierno
El señor Smith, un próspero hombre de negocios, abrió el elegante ascensor del hotel y, amorosamente, tomó del brazo a una grácil criatura que olía a pieles y a poder. Se acurrucaron juntos en el blando asiento, y el ascensor empezó a bajar. La mujercita le ofreció su boca entreabierta, húmeda de vino, y se … Sigue leyendo Pär Lagerkvist │El ascensor que bajó al infierno